Consta de huevos fritos con longaniza y alubias con guindilla. Estos almuerzos moteros se han consolidando como una tradición para los aficionados de Aragón. Sirven para conocer la geografía, reunirse, pasar un buen rato y compartir vivencias. Si el tiempo es soleado suelen juntarse hasta cuatrocientas motos provenientes de cualquier punto de Aragón y de algunos puntos de provincias limítrofes como puedan ser Tarragona, Lleida, Castellón, Navarra...
Normalmente y después de comer los huevos fritos, es de obligado cumplimiento el hacer una buena ruta por las carreteras mas interesantes y sinuosas de la zona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario